https://docs.google.com/document/edit?id=1e1gY7LJ69zICrII5U-0liOHHwqITSw014NG8RWCbHK0&hl=en
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martes, 29 de junio de 2010
lunes, 28 de junio de 2010
Mi propia definición de ambiente virtual
¿Qué es un ambiente virtual? En realidad fue difícil definirlo en mis propias palabras, así que recurrí a Joaquín Lara Sierra, quien propone lo siguiente:
Un Ambiente Virtual de Aprendizaje (AVA) ó Virtual learning environment (VLE) es un sistema de software diseñado para facilitar a profesores la gestión de cursos virtuales para sus estudiantes, especialmente ayudándolos en la administración y desarrollo del curso. El sistema puede seguir a menudo el progreso de los principiantes, puede ser controlado por los profesores y los mismos estudiantes. Originalmente diseñados para el desarrollo de cursos a distancia, vienen siendo utilizados como suplementos para cursos presenciales.
Un Ambiente Virtual de Aprendizaje (AVA) ó Virtual learning environment (VLE) es un sistema de software diseñado para facilitar a profesores la gestión de cursos virtuales para sus estudiantes, especialmente ayudándolos en la administración y desarrollo del curso. El sistema puede seguir a menudo el progreso de los principiantes, puede ser controlado por los profesores y los mismos estudiantes. Originalmente diseñados para el desarrollo de cursos a distancia, vienen siendo utilizados como suplementos para cursos presenciales.
miércoles, 9 de junio de 2010
Enfoque curricular dialéctico
Desde el punto de vista dialéctico, el currículo todavía es un proyecto y no está claramente definido. Desde nuestro punto de vista curricular, diríamos que el currículo no debería ser definido exclusivamente como proceso de selección de cultura, sino también como proceso social que produce cultura. Es una selección de lo socio-cultural. La cultura es el producto del trabajo humano, producción que implica fuerza de trabajo, organización social para el trabajo y medios de produc-ción (recursos financieros, propiedad, técnica, etc.).
Un currículo dialéctico tendría que ser la planificación de todo un proceso educativo al servicio de una sociedad, más que de una cultura. Toda sociedad tiene una cultura, pero es prioritariamente sociedad. La sociedad produce cultura y la planificación educativa está al servicio de esa producción. Por eso, la formulación curricular debe incorporar, con toda seriedad, un estado de la situación socioeconómica que es el que explica todo diagnóstico cultural. Si ese diagnóstico no se da, difícilmente se podrá educar para el trabajo, para el comercio y para el consumo de una forma crítica. De nada sirve hablar de una educación socialmente productiva si esa educación no se ubica en el contexto económico-social, en un sistema social. Por estas mismas razones, el currículo deberá plantear un pronóstico (un proyecto) del tipo de sociedad que está construyendo, del tipo de sociedad para el cual está trabajando y el tipo de cultura al cual está poniendo sus servicios. Si su trabajo está al servicio de la transformación y la superación de los problemas sociales y vitales del pueblo, no está para perturbar esos problemas.
La programación curricular deberá tomar en cuenta los objetivos finales de un pueblo que está en marcha para resolver sus propios problemas desde sus pro-pias posibilidades, su propia cultura, su propia producción, sus propios recursos, su propia idiosincracia, su propia identidad. Los contenidos no pueden ser extra-ños a su realidad. Su método tendrá que ser altamente crítico, dialéctico en el sentido que tiene que incorporar sus contradicciones: lo positivo y lo negativo, lo que nos enorgullece y lo que nos avergüenza, lo que tenemos y lo que no tene-mos y porqué no lo tenemos. La evaluación tendrá que ser franca, social y auto-crítica.
En síntesis, un currículo dialéctico deberá tener como propósito general cultivar un pensamiento crítico, creador y transformador, aprovechando todo recurso local y también externo, los recursos tradicionales y los recursos científicos contem-poráneos, pero conscientemente, no en forma mecánica. El profesor no se carac-terizará por ser dogmático, autoritario, sino democrático y liberador, sus conceptos no serán concluyentes sino propuestas provisionales, sujetas a la crítica de los estudiantes. Los estudiantes habrán de ser autocríticos, frente a los análisis de los profesores, y al trabajo de sus propios compañeros y compañeras. Este currículo deberá conducir a la búsqueda de nuevas vías y nuevas formas de estudio, vías y formas que han de responder a la idiosincracia nacional. Se utilizarán métodos de acción, reflexión e investigación que refuercen la búsqueda científica, la creación, además de la explicación. La teoría no deberá estar divorciada de la práctica, ni la ciencia alejada de la realidad.
Un currículo dialéctico tendría que ser la planificación de todo un proceso educativo al servicio de una sociedad, más que de una cultura. Toda sociedad tiene una cultura, pero es prioritariamente sociedad. La sociedad produce cultura y la planificación educativa está al servicio de esa producción. Por eso, la formulación curricular debe incorporar, con toda seriedad, un estado de la situación socioeconómica que es el que explica todo diagnóstico cultural. Si ese diagnóstico no se da, difícilmente se podrá educar para el trabajo, para el comercio y para el consumo de una forma crítica. De nada sirve hablar de una educación socialmente productiva si esa educación no se ubica en el contexto económico-social, en un sistema social. Por estas mismas razones, el currículo deberá plantear un pronóstico (un proyecto) del tipo de sociedad que está construyendo, del tipo de sociedad para el cual está trabajando y el tipo de cultura al cual está poniendo sus servicios. Si su trabajo está al servicio de la transformación y la superación de los problemas sociales y vitales del pueblo, no está para perturbar esos problemas.
La programación curricular deberá tomar en cuenta los objetivos finales de un pueblo que está en marcha para resolver sus propios problemas desde sus pro-pias posibilidades, su propia cultura, su propia producción, sus propios recursos, su propia idiosincracia, su propia identidad. Los contenidos no pueden ser extra-ños a su realidad. Su método tendrá que ser altamente crítico, dialéctico en el sentido que tiene que incorporar sus contradicciones: lo positivo y lo negativo, lo que nos enorgullece y lo que nos avergüenza, lo que tenemos y lo que no tene-mos y porqué no lo tenemos. La evaluación tendrá que ser franca, social y auto-crítica.
En síntesis, un currículo dialéctico deberá tener como propósito general cultivar un pensamiento crítico, creador y transformador, aprovechando todo recurso local y también externo, los recursos tradicionales y los recursos científicos contem-poráneos, pero conscientemente, no en forma mecánica. El profesor no se carac-terizará por ser dogmático, autoritario, sino democrático y liberador, sus conceptos no serán concluyentes sino propuestas provisionales, sujetas a la crítica de los estudiantes. Los estudiantes habrán de ser autocríticos, frente a los análisis de los profesores, y al trabajo de sus propios compañeros y compañeras. Este currículo deberá conducir a la búsqueda de nuevas vías y nuevas formas de estudio, vías y formas que han de responder a la idiosincracia nacional. Se utilizarán métodos de acción, reflexión e investigación que refuercen la búsqueda científica, la creación, además de la explicación. La teoría no deberá estar divorciada de la práctica, ni la ciencia alejada de la realidad.
Enfoque curricular académico
El academicismo es una de las formas racionalistas de ver el currículo. El racionalismo es la posición que intenta darle prioridad a la razón antes que a la experiencia o a la realidad. El racionalismo se hermana con el dogmatismo y el idealismo y tiene absoluta confianza en la razón. Descartes tuvo absoluta confianza en el pensamiento y Kant en la razón, aunque éste intenta desarrollar una crítica de la razón; todo llega a ser razón, inclusive la práctica. El racionalismo contemporáneo hace énfasis en lo racional, intentando superar las limitaciones que se han encontrado, tanto en Descartes como en Kant, desembocando en un idealismo neo-kantiano en moda en la primera parte de nuestro siglo.
En términos curriculares, el propósito es capacitar para adquirir las herramientas que permitan participar en la tradición cultural y proveer su acceso a las grandes ideas y creaciones humanas. La función de la institución educativa es la transmi-sión cultural: cultivar el intelecto.
El academicismo es una de las formas racionalistas de ver el currículo. El racionalismo es la posición que intenta darle prioridad a la razón antes que a la experiencia o a la realidad. El racionalismo se hermana con el dogmatismo y el idealismo y tiene absoluta confianza en la razón. Descartes tuvo absoluta confianza en el pensamiento y Kant en la razón, aunque éste intenta desarrollar una crítica de la razón; todo llega a ser razón, inclusive la práctica. El racionalismo contemporáneo hace énfasis en lo racional, intentando superar las limitaciones que se han encontrado, tanto en Descartes como en Kant, desembocando en un idealismo neo-kantiano en moda en la primera parte de nuestro siglo.
En términos curriculares, el propósito es capacitar para adquirir las herramientas que permitan participar en la tradición cultural y proveer su acceso a las grandes ideas y creaciones humanas. La función de la institución educativa es la transmi-sión cultural: cultivar el intelecto.
En términos curriculares, el propósito es capacitar para adquirir las herramientas que permitan participar en la tradición cultural y proveer su acceso a las grandes ideas y creaciones humanas. La función de la institución educativa es la transmi-sión cultural: cultivar el intelecto.
El academicismo es una de las formas racionalistas de ver el currículo. El racionalismo es la posición que intenta darle prioridad a la razón antes que a la experiencia o a la realidad. El racionalismo se hermana con el dogmatismo y el idealismo y tiene absoluta confianza en la razón. Descartes tuvo absoluta confianza en el pensamiento y Kant en la razón, aunque éste intenta desarrollar una crítica de la razón; todo llega a ser razón, inclusive la práctica. El racionalismo contemporáneo hace énfasis en lo racional, intentando superar las limitaciones que se han encontrado, tanto en Descartes como en Kant, desembocando en un idealismo neo-kantiano en moda en la primera parte de nuestro siglo.
En términos curriculares, el propósito es capacitar para adquirir las herramientas que permitan participar en la tradición cultural y proveer su acceso a las grandes ideas y creaciones humanas. La función de la institución educativa es la transmi-sión cultural: cultivar el intelecto.
Ennfoque curricular reconstruccionista
Enfoque reconstruccionista
El reconstruccionismo es una tendencia filosófica que tiene como eje fundamental "reconstruir" la sociedad con el propósito de resolver la crisis cultural de nuestra época. Dentro de este concepto fundamental, la educación debe reinterpretar los valores occidentales a la luz de los conocimientos que nos ofrece la ciencia actual. Se busca una sociedad más equitativa y un nuevo orden social. Entonces, se habla de una educación que ha de preocuparse por su responsabilidad social y por lograr fines sociales específicos. Según Brameld, uno de sus representantes más notables, el reconstruccionismo tiene seis principios básicos: fomentar un programa de reforma social, trabajar sin demora, buscar una sociedad democrática, educar democráticamente, reconstruir los fines de la educación de acuerdo con los adelantos científicos relacionados con el comportamiento, y reconocer que todo lo que pasa en educación está conformado por las fuerzas sociales y culturales. (Kneller: 1967: 160)
Desde el punto de vista curricular, se diría que se plantea una visión bisocial de la instrucción: la institución educativa ha de reconocer y responder a su papel de ser puente entre lo que es y lo que debe ser, entre lo real y lo ideal. Todo esto habrá de orientar la planificación y la programación. Se reconstruye el sistema social mediante el apoyo de la institución educativa. Se busca el consenso a la hora de resolver situaciones. Se evalúa utilizando procesos cualitativos más que cuantitativos.
El reconstruccionismo es una tendencia filosófica que tiene como eje fundamental "reconstruir" la sociedad con el propósito de resolver la crisis cultural de nuestra época. Dentro de este concepto fundamental, la educación debe reinterpretar los valores occidentales a la luz de los conocimientos que nos ofrece la ciencia actual. Se busca una sociedad más equitativa y un nuevo orden social. Entonces, se habla de una educación que ha de preocuparse por su responsabilidad social y por lograr fines sociales específicos. Según Brameld, uno de sus representantes más notables, el reconstruccionismo tiene seis principios básicos: fomentar un programa de reforma social, trabajar sin demora, buscar una sociedad democrática, educar democráticamente, reconstruir los fines de la educación de acuerdo con los adelantos científicos relacionados con el comportamiento, y reconocer que todo lo que pasa en educación está conformado por las fuerzas sociales y culturales. (Kneller: 1967: 160)
Desde el punto de vista curricular, se diría que se plantea una visión bisocial de la instrucción: la institución educativa ha de reconocer y responder a su papel de ser puente entre lo que es y lo que debe ser, entre lo real y lo ideal. Todo esto habrá de orientar la planificación y la programación. Se reconstruye el sistema social mediante el apoyo de la institución educativa. Se busca el consenso a la hora de resolver situaciones. Se evalúa utilizando procesos cualitativos más que cuantitativos.
Enfoque curricular tecnológico
En términos curriculares, el propósito fundamental de este enfoque curricular es utilizar la tecnología para lograr la eficiencia del proceso enseñanza-aprendizaje. Está basado, en lo que se refiere a los procesos de aprendizaje en la psicología conductista. Los objetivos se plantean en términos de conductas observables, el contenido es secuenciado y jerarquizado. Las experiencias y actividades planifi-cadas contribuyen a esa eficiencia. La evaluación se realiza mediante "criterios-objetivos", se utiliza el diseño instruccional, el análisis de tareas, módulos de en-señanza, materiales de autoaprendizaje, instrucción programada, bancos de pre-guntas y respuestas, paquetes instruccionales, enseñanza programada y, lo más reciente, la enseñanza computarizada.
Enfoque curricular humanista
Desde el punto de vista curricular, se diría que se plantea una visión bisocial de la instrucción: la institución educativa ha de reconocer y responder a su papel de ser puente entre lo que es y lo que debe ser, entre lo real y lo ideal. Todo esto habrá de orientar la planificación y la programación. Se reconstruye el sistema social mediante el apoyo de la institución educativa. Se busca el consenso a la hora de resolver situaciones. Se evalúa utilizando procesos cualitativos más que cuantitativos.
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